LOS 25 MANDAMIENTOS DEL ABOGADO QUE DOMINA EL ARTE DE LA TENSIÓN PROCESAL
1. No todo se pelea… pero lo que se pelea, se pelea hasta el final.
Elegir tus batallas es estrategia. Abandonarlas sin motivo es debilidad.
2. El juez no es tu enemigo, pero tampoco tu confesor.
Dosifica lo que dices.
3. Si el contrario comete un error, no lo corrijas.
La cortesía no anula la astucia. Explota la omisión.
4. Estira el procedimiento cuando necesitas ganar tiempo.
Solicita, recurre, replica: cada día extra puede cambiar la partida.
5. Si el juez duda, siembra aún más dudas en el contrario.
En los grises, gana quien mejor pinta su versión.
6. Si hay verdad incómoda, no la niegues: neutralízala.
Reconocer lo inevitable y reencuadrarlo es una forma sutil de poder.
7. La mejor presión es la que parece sentido común.
Convierte tu estrategia en necesidad jurídica.
8. Nunca amedrentes con fuerza si puedes seducir con ley.
9. La autoridad administrativa no es intocable.
Usa el juicio para desnudar su exceso, su contradicción o su negligencia.
10. A un testigo inseguro se le deja hablar… hasta que se enrede.
Luego, solo aprietas el nudo.
11. Las pruebas no se esconden, pero su narrativa sí se administra.
12. Estira al juez con doctrina, apriétalo con jurisprudencia.
La combinación es irresistible… si sabes cuándo usar cada una.
13. Presiona en privado, sonríe en público.
La clase no está peleada con la contundencia.
14. Si el juez voltea a verte durante la audiencia… háblale con los ojos.
La autoridad también responde a la presencia.
15. Los términos no se vencen: se calculan como un ajedrez.
Entregar el último día no es descuido; es táctica.
16. Nunca dejes que el contrario marque el ritmo del proceso.
Responde pronto, replica mejor, impón agenda.
17. La audiencia no es para leer; es para dominar.
Si no dominas el caso sin papeles, aún no estás listo para apretar.
18. En juicio, tu tono vale tanto como tu argumento.
El “cómo” dices una objeción puede definir si prospera.
19. Si vas a exhibir contradicciones, que sea de forma demoledora.
No lo hagas tibio; no hay segunda oportunidad.
20. No exijas justicia con desesperación, sino con categoría.
A veces la elegancia en el reclamo genera más efecto.
21. El miedo del juez al recurso puede ser más útil que el recurso mismo.
Hazle sentir el riesgo sin necesidad de ejecutarlo… aún.
22. Nunca dejes huella de desesperación.
La tensión se ejerce con dominio, no con súplica.
23. El silencio también puede apretar.
A veces, dejar pasar una afirmación genera más presión que refutarla.
24. Cuando el proceso se te vuelve en contra, cambia el lenguaje: “afectación a derechos fundamentales” y “vulneración al debido proceso” abren puertas.
25. Quien sabe cuándo estirar y cuándo apretar… termina ganando incluso sin pelear.